viernes, 4 de mayo de 2012

LOS 10 MEJORES LIBROS DE ESCALADA VIII


"Antes que la acción se produce el pensamiento. Antes que los hechos se encuentran los sueños. Cada pared que ascendemos, la escalamos primero en nuestra mente. Este libro es un historia de sueños salvajes y su realización, de sueños y de cómo pudieron llevarse a cabo."
Con estas palabras comienza un estupendo libro lleno de aventuras y de sueños. Unas palabras escritas por el gran Royal Robbins en el prólogo que resumen, a mi entender, todo el significado no sólo de las escalada aquí reseñadas, sino del alpinismo mismo. La grandeza de la escalada no reside tan solo en sus conquistas, sino en la poderosa fuerza de los sueños que nos llevan a realizarlas. Por eso, a veces, es bueno hojear un libro de escalada con música en los oídos, con las canciones que nos invitan a soñar y a sentirnos valientes y atrevidos. Y este es el caso del presente libro, BIG WALLS. Breakthroughs on the free-climbing frontier, (GRANDES PAREDES. Incursiones en la frontera de la escalada libre), editado por la americana Sierra Club en 1997. Aunque el libro está en inglés, se comprende fácilmente.




Escrito por Paul Piana, gran escalador americano de Wyoming que junto a su compañero habitual, Todd Skinner, otro animal escalador, consiguieron la primera en libre de la Salathe al Capitán. Pual está reconocido como uno de los más influyentes y prolíficos escaladores americanos, con más de 600 liberaciones de vías a sus espaldas.
Este libro lleva esa inquietud por liberar vías a las grandes paredes, donde las condiciones se vuelven más salvajes, complejas y apasionantes.
Comienza el viaje por un repaso a la escalada libre en pared en USA desde los años 70, donde uno se da cuenta de que ya estos americanos iban más adelantados que sus colegas europeas, mucho más lentos en sus cambios. Nombre como Ron Kauk, Jhon Bachar o John Long resaltan en este colectivo de escaladores tan fuertes y apasionados como llenos de una especie de locura contagiosa. A veces parece que la sangre se les iba del cerebro a los antebrazos para acometer objetivos que parecían tan impensables como imposibles.
Tras este primer viaje en el tiempo, Piana nos regala sus aventuras en las grandes paredes. Primero su primera (perdonadme la redundancia) a la Salathe, nada más y nada menos, (VI, 5.13b). Tras leer un artículo titulado Long, Hard and Free (Largo, Duro y en Libre) sobre unos escaladores que intentaron una vía de artificial en libre, Piana y Skinner comenzaron a soñar con la Salathe, "la más grande escalada del mundo". Os recomiendo un vistazo a su reseña, no tiene desperdicio, llena de anotaciones personales.
Su viaje continúa hasta el Monte Hooker, una pared salvaje que corta el cielo de Wyoming, construida de una roca especial de granito mezclado con gneiss y zonas de liquen naranja. Pero consiguieron ver una majestuosa línea para poder subir en libre (VI, 5.12a). 
Una costumbre que tienen los escaladores americanos es ponerle nombre propio a cada largo, o a los especiales. Aquí en Europa no solemos hacerlo, y es una pena. Intentaré adaptarme. En esta vía existe un maravillosos largo que lo bautizaron como The Green Door, formado por un diedro fascinante de granito verde como el jade.
Después el viaje continúa hasta Canadá, al Monte Proboscis, en la Inescalables, un paraíso todavía salvaje lleno de paredes y agujas, uno de los lugares más fascinantes y bellos que cualquier escalador pueda disfrutar.. Allí abrieron The Great Canadian Knife (El Gran Cuchillo Canadiense), Un vertical, afilado y aéreo espolón por el centro de la gran pared. Una fantástica fotografía de Paul con su mano izquierda agarrado al mismo canto del espolón muestra perfectamente la estética línea de la escalada.
El viaje regresa a Yosemite, en esta ocasión al Half Dome, unos de las paredes más sublimes del mundo, con sus casi 900 metros, donde liberaron la dura ruta abierta por Robbins, la Direct North West Face (VI, 5.13d), con durísimos tramos de fisuras anchas y chimeneas lisas, donde sufrieron de lo lindo. Pero lo que realmente tuvieron que trabajar fueron las lisas placas de la parte superior. Y arriba, muy arriba, un largo y potente lanzamiento muestra a Todd Skinner saltando con la lengua fuera. Si se llega a caer se la corta, fijo.
Y a estas aventuras le acompañó el gran fotógrafo y escalador Galen Rowell, así que imaginaros las imágenes que ilustran estan aventuras.
En su epílogo final, Paul analiza sus sentimientos. Con su mujer abrió una gran sala de escalada, "The Gravity Club" que junto a su trabajo con la marca Five Ten, sus libros y sus conferencias parece llenar el tiempo. El tiempo, sí, pero no su alma.  Reconoce que cuando ha sido más es en las paredes más lejanas y salvajes. El entusiasmo es su principal activo.
"Me he comprometido a vivir mi vida como un cuchillo lanzado. El resto de las definiciones de "vida" deben esperar. ¡No hay mañana!"
No me imagino apuesta más apasionada y peligrosa.

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